lunes, 10 de mayo de 2010

Astaroth


Un rumor de mal augurio roza mis mejillas. Tengo presentimiento de batalla, algo ha de venir. Las campanas de mi alma repican sin cesar, mi corazon esta inquieto, dime mi señor eres tu quien a mi puerta toca?

Los tiempos del mundo y los espiritus susurran. Cual novia preparo mis ropajes para el dia en que mi amado venga por mi. La decadencia de una secta apago un dia el candor de mis mejillas, pero apareces, oh señor mio, a despertar mi juventud. Me vesti de niebla y le segui a cualquier lugar, mas su rastro perdi aquel dia en que la mala vida me partio el anima. Camine por los senderos de la luz y la oscuridad, el llanto amenazaba con venir pero no descance hasta que oyeras mi cancion.

Prepare el brebaje de la muerte por si todo sale mal.Convoque a los siniestros y a los duques de la pena y las tinieblas, el ejercito que protejera nuestra union esta esperando mi señal. Los reyes del mundo, aquellos que debian darnos un hogar y en cambio solo separaron reinos y tesoros estan temerosos. Escucho sus llantos desde mi lecho, maldicen y blasfeman mi señor, te acusan de los males de sus ciervos, de sus perversiones y bajos placeres, pero ocultan su albeldrio y su derecho a elegir la luz o las tinieblas...

Yo mi señor protejo tu morada. Mantengo mis convicciones y las enseñanzas que me has dado. Hoy comprendo que todo el mal que predican los pastores a sus rebaños de ovejas negras, no son mas que espantapajaros para las virtudes de nuestro ser. Son cadalsos para nuestras almas libres, y la esclavitud de ellas es su poder, manejando nuestras vidas cual titiritero al triste muñeco de la desolacion.

Mi señor la batalla se avecina. Mis mejores armas son la libertad de mi cuerpo y alma y la inteligencia de la que he sido dotada. Cuestionare toda injusticia hasta acabar con sus defensas, y cuando el mundo abra sus ojos, triunfantes les veremos caer. Ellos, los ignorantes, los que nos arrojaron a los abismos y nos apartaron a las tinieblas, jamas pensaron que era el mejor lugar para mantenernos acechantes, pero cual antorchar flameantes, portaremos la verdad como estandarte, iluminando el verdadero mal.

Mi señor, aca tu novia espera tu regreso....

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